
Don Pedro blandió la espada
y se fue muy decidido
a luchar contra la nada,
y contra el mundo podrido.
Quiso el hambre desterrar
y compartir la comida,
quiso implantar la igualdad
quiso para todos ¡vida!
No quiso mas hambre y guerra...
ni miles de niños muertos,
quería paz en la tierra,
en ciudades y desiertos.
Quiso mejorar el mundo
con su espada justiciera,
y la hundió en lo mas profundo
de esta vida traicionera.
Y le tildaron de loco
por combatir la riqueza,
pues a base de pobreza
se hacen ricos unos pocos.
Don Pedro se equivocaba
¡el mundo es de estos pocos!
y ni con golpes de espada
comparten lo que es de todos.
Miró al cielo, dio un suspiro
y no comprendiendo nada,
cabizbajo y abatido
se volvió y envainó su espada.
*Rafael*Blanco*