viernes, 24 de diciembre de 2010

El escondite de las estrellas


Miraba al cielo; esa noche majestuoso, sereno, cuajado de estrellas como diamantes en un gran manto de terciopelo negro, con gasas y tules transparentes de nebulosas y constelaciones.


Branovich escudriñaba el firmamento, sus ojitos azules muy abiertos trataban de descubrir el escondite... el escondite de las estrellas.


-¿Dónde se meterán de día?... ¿Dónde?-. Y remataba sus palabras con un largo y melancólico suspiro.


Acto seguido, entrelazando sus deditos apoyaba la barbilla sobre ellos, y se recostaba en el alféizar de la desvencijada ventana... miraba hacia arriba.


Ni siquiera le distraían las terribles explosiones y los resplandores de los incendios, ya se había acostumbrado. Con ocho años de vida, sólo había vivido esto, la guerra.


Esta misma mañana un vecino suyo había muerto, fulminado por un certero disparo de un francotirador; le había alcanzado en la cabeza. Nada pudo hacer por él, quedó boca arriba con los brazos en cruz, como implorando... ¿por qué... ?


Su madre y él mismo trataron de arrastrarle hacia su casa en vano, pesaba mucho... allí seguía, en mitad de la calle, mirando al cielo... mirando sin ver, muerto.


Branovich solo tenía a su madre, el resto de la familia habían muerto o desaparecido para siempre. Hasta su perro Purk había muerto... Recordando se le escaparon dos lágrimas.

¡¡Malditos servios!! ... ¡¡Malditos!!


Pasaban hambre y frío, la guerra había acabado con todo.

No había jugado nunca, le habían contado que existían paises donde no había guerras, había visto en televisión unos niños jugando, otros bañándose... Le parecía mentira que existiesen esos lugares.


-¡Qué suerte tienen, comen y duermen calentito- otro suspiro y volvió a concentrarse en el formidable firmamento.


-¡¡Cómo me gustaría ir allí!!-. Dijo mirando hacia arriba.


De pronto cesaron las detonaciones y explosiones, un extraño silencio, solamente interrumpido por algún sollozo lejano inundó el ambiente... a intervalos gritos y sirenas de ambulancias formaban la aparente paz... Música de guerra con partitura de muerte.


Luego una intensa luz azul.


-Será otra bomba- pensó Branovich -qué raro, no oigo la explosión-.


Empezó a elevarse sobre el suelo, una paz maravillosa se apoderó del niño mientras subía; la suave brisa de verano acariciaba su rostro.


-¡Qué es esto! ¡Mamá!... ¡Mamá!, estoy subiendo... subiendooooooooo!


No tenía miedo, ni hambre. Solamente volaba hacia las estrellas como una pluma, suavemente.


La ciudad humeante quedaba abajo, cada vez más pequeña... más pequeña.

La luz le despositó sobre un prado cuajado de flores, allí no había pasado la guerra.


-¡Qué bonito!- exclamó.


Vio a otro niño que le miraba sonriente, de su edad mas o menos.


-Hola, me llamo Jerkan, y tú...


-Yo Branovich, ¿de dónde eres?


-Qué importa, soy un niño, un niño como tú, tu amigo. ¡Vamos!- le cogió de la mano, empezaron a correr, luego a saltar... flotaban, volaban.


-como en la luna- decía Branovich - lo vi en la tele.


Fueron de loma en loma, volaban en posición vertical, horizontal y daban enormes saltos de diez y quince metros de altura, entre flores de todas clases, jugando y riendo.


-Jerkan, esto parece un sueño, ¿sabes que me gustaría?, saber dónde se esconden las estrellas; ahora que estamos aquí arriba podemos descubrirlo ¿no te parece?


-¡Bien!, claro que sí- respondió Jerkan -. ¡Vamos sígueme!


Y se dirigieron a otra loma distante.


Sus risas, semejantes a cascabeles chocaban contra las lomas, rebotaban y volvían limpias, cristalinas, esparciéndose por el verde prado.

De pronto Jerkan dijo:


-¿Quieres ver dónde se esconden las estrellas? ¿quieres verlo de verdad?


-¡Si... sí!- titubeó Branovich, igual, igual que siempre había soñado, allí estaban, todas... todas.


Miles y miles de estrellas de todos los colores... azules, rojas, naranjas, amarillas, malvas, verdes, todas flotando a diversas alturas. Se metieron entre ellas; las cogían y poniéndolas en la palma de la mano las soplaban. Volaban, volaban como plumas, suavemente, como pompas de jabón.


Branovich casi lloraba de alegría...


-Ya lo sabía yo, ya sabía que de día se escondían en algún lugar, ¡ya lo sabía!- decía una y otra vez. -¡Claro! de día en la Tierra se esconden aquí, que es de noche, y cuando es de día aquí, salen al cielo de la Tierra que es de noche... ¡Algo así!- decía-.


Se oyeron unas trompetas, música celestial; un coro de ángeles de diez o doce, pasaron flotando entre nebulosas y estrellas.

Branovich se quedó perplejo.


-Qué bonito-. decía


-Vamos Branovich- dijo Jerkan- vamos detrás de aquella otra loma, ¡te queda mucho por ver aún!


Fueron volando, allí era de día, había muchas personas paseando, tranquilos; se les veía felices...


-Aquí hay personas y no hay guerra- decía Branovich.


-Claro que no- respondió Jerkan-. Aquí no hay guerra.


Había un hombre sentado, branovich se acercó a él, le tocó el hombro; allí no sentía recelo ni miedo alguno. -Oiga señor, ¿qué país es este?- preguntó.


El hombre se volvió... -¡Papá!... ¡¡Papá!!... ¿Qué haces aquí, tú no estabas... estabas...?- No se atrevía a decir muerto.


-Ya ves que no hijo, ya ves que no-. Se abrazaron, se besaron- ¡¡Papá!!... ¡¡Papá!! ¡Qué alegría!


Oyó un ladrido... se volvió -¡¡Purk!!... ¡¡Purk!!- miró a Jerkan, éste sonreía.


-¡Papá!, no te mataron los servios...?... ¿No son nuestros enenmigos...


-¡Yo mismo también soy servio!!- Respondió Jerkan- ¿acaso eres enemigo?... ¿No somos amigos por eso...?- decía Jerkan.


De pronto un rictus de amargura se dibujó en los labios de Branovich-. Se le escapó un sollozo.


-¿Qué te pasa hijo?- decía su padre.


-Mamá está allí abajo0, y nosotros aquí, yo quiero ver a mamá!!


-Bueno, pues aquí me tienes hijo...


se volvió, su madre estaba frente a él. No podía creer tanta felicidad.


-¡¡Jerkan!! mira mi madre!!... ¡¡Jerkan!!... ¿Dónde estás?...


No estaba, había desaparecido.


-Papá Jerkan se ha ido. Mamá qué feliz soy!! ¡¡Qué feliz, he visto el escondite de las estrellas...!!


EPÍLOGO


Abajo, las sirenas de las ambulancias, y los llantos seguían formando la música de guerra... música escrita con partitura de muerte.


Dos vecinos llevaban al inerte Branovich, su cabecita caía como se de un muñeco de trapo se tratase. Otros dos, tomaban el pulso a la madre.

¿No se puede hacer nada!, ha sido un mortero... han muerto los dos. ¡Cuándo terminará esta odiosa guerra!... Esta odiosa guerra... ¡¡Cuándo!!, por ellos sólo podemos rezar... rezar...


-Que Dios los tenga en su gloria- comentó un viejo- ¡Ha sido un mortero!...


*Rafael Blanco*


El Obrero




Suena el despertador

otra vez de madrugada;

avisa al trabajador

que hoy empieza otra jornada.


Va bajando la escalera,

con esa tos de tabaco...

se le va la vida entera

si llega tarde al trabajo.


La angustia del día a día,

la ansiedad y la rutina;

es la triste melodía

del paro, hipoteca y ruina.


Y sueña el trabajador,

con su estrés y su sofoco,

con otra vida mejor

mientras corre como loco.


Sueña que es jefe, cantante,

general, embajador...

Personaje muy importante,

entre todos ¡el mejor!


Pues que soñar cuesta poco,

elije el mayor linaje,

metiendo su personaje

en este mundo de "locos".


Ya en su trabajo el obrero,

comenzaba su labor;

le dice a su compañero:

-tengo una vida mejor-.


¡tengo la vida que quiero!

El otro no entiende nada,

le mira desconcertado,

y dándole una palmada

responde: ¡qué habrás soñado!

... Y siguen con su jornada.


*Rafael Blanco*

Nana

A Laurita cuando fue bebé:

Duérmete niña,
duerme en tu cuna,
que por esa ventana
entró la luna.

Besos de plata
deposita con mimo
sobre tu cara.

Una sonrisa
ha lanzado Laurita
sobre la brisa.

Está soñando,
y luceros y estrellas
la están mirando.

Y con la luna,
se posan en silencio sobre su cuna.

La más bonita,
con su dedo en la boca
es mi Laurita.

*Rafael Blanco*

Cuando vivía en Boróx y dormía en su cuna en verano, con el dedo gordo en la boca.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Lucía


De su abuelo Rafael, para el "ángel" o niña que ha "llegado"... Lucía le han llamado.

Duermete "chiquitita"
duerme en tu cuna,
que por esta ventana
entra la luna.
Besos de plata
deposita con mimo
sobre su cara.
Una sonrisa
ha lanzado Lucía
sobre la brisa.
Está soñando,
luceros y estrellas
la están mirando,
y con la Luna,
depositan sus besos
sobre la cuna.
Paz y silencioque
Lucía se duerme
Susurra el viento.
Canta una nana
que Lucía se duerme
¡Hasta mañana!

Llegando el día
se despide la noche

¡¡Adiós Lucía!!


-Rafael Blanco-


Safe Creative #1008257142374

viernes, 28 de mayo de 2010

El Río




Dejame dormir cerca del río
y escuchar el susurro en la alameda
y sentir la caricia placentera
de la brisa cabalgando en el estío

Dejame sentir, el sol se esconde
El cielo se ha teñido rojo y malva
La tarde se ha marchado no se dondeLa noche se ha fundido con mi alma

El río está jugando con sus juncos
El viento está cantanto en la alameda,
Mas luego se han unido todos juntos
Después , suave silencio, la paz llega
Quiero disfrutar la paz del campo
Reposar si stress, solo sosiego...
Sin pensar, y después, dormirme luego
arrullado por el río, por su canto

Dejame dormir cerca del ríoy embriagándome con las gotas de rocío,
y extasiarme con los ecos que trae el viento
Dejame dormir cerca del río....

*Rafael Blanco*

domingo, 23 de mayo de 2010

Nocturno


Susurran los álamos
que guardan el río,
que llega la noche,
la tarde se ha ido.

Cipreses y olivos
juegan con la brisa,
Y el búho dormido
despierta y avisa.

Que llega la noche
que la noche llega
Que el llano y el monte
en silencio queda.

"Croares" de ranas
"Run, run" de palomas,
balidos, esquirlas
van de loma en loma.

La noche ha caído
Extiende su manto
El grillo y la rana
comienzan su canto.

Y solo se escucha
la rana y el grillo
que con la lechuza
cantan su estribillo.

Que se va la tarde
que la noche llega
que le llano y el monte
en silencio queda.

El búho que avisa,
que viene avisando
que el día termina.
que se está marchando.

Que llega la noche
que la noche llega
que el río y el monte
en silencio queda.

Rafael Blanco

domingo, 14 de marzo de 2010

Las Hunfrías


Las Hunfrías,
vergel de flores y jara
recreo para la vista,
descanso para mi alma

Las Hunfrías...
lugar de paz y silencio
Roto a veces por campanas
del campanario del pueblo

Y roto al amanecer...
por el antiguo concierto
de gallos, trinos, ladridos
y algún rebuzno grosero

A veces... roto por cabras
y otras veces por cencerros
Y por las voces de Julio,
de las cabras del cabrero

Las Hunfrías...
viejo pueblo,l vieja gente...
Viejo yo y viejo el puente
Y vieja su serranía

Aquí no pasan los días
Que se ha detenido el tiempo
la vida pasa despacio
sin estrés y con sosiego

Sus escasos habitantes
antiguamente labriegos
personas de cien trabajos
emigrantes sin quererlos

Dejaron en los caminos
jirones de vida y tiempo
y hoy, acabando su historia
viven de paz y recuerdos

Con el reloj de la gloria
van agotando su tiempo
y guardan en su memoria
solo los buenos recuerdos

Hoy te dejo viejo valle,
hoy me marcho, río Gévalo
dejo parte de mi alma
y me llevo tu recuerdo.

Las Hunfrías
como dijo Becquer
"tu eres... poesía"

Las Hunfrías, pueblo de 48 habitantes de edades entre los 60 y 90 años. Excepto tres jóvenes y un niño.
De la provincia de Toledo, de Talavera de la Reina, cercano a Nava de Ricomalillo, Buenas Bodas, Robledo de Mazo, etc.

Fui muy feliz durante año y medio, en casa de Toñi, Olvido y en compañía también de "Julio y sus cabras".
Siempre recordaré este bello lugar. Año 2006

*Rafael Blanco*


*Rafael Blanco*